Cuando se habla de formación de los empleados, pocas veces pensamos en que estos realicen un curso de extensiones de pestañas presencial, ya que muchos opinan que no es un aspecto prioritario. No obstante, un centro de belleza es un lugar en el que las personas depositan su confianza y ponen en sus manos algo tan importante como su apariencia.
En virtud de ello, es fundamental que quienes se desempeñen en este sector poniendo extensiones de pestañas, uñas acrílicas o realizando cualquier otra actividad relacionada con la belleza, tengan suficiente experiencia.
Ciertamente la responsabilidad de aprender corresponde mayoritariamente al estilista. Pero, como empresarios, debemos partir de un principio elemental: el crecimiento profesional de nuestros trabajadores, se traduce en mayores ingresos para nosotros.
Ahora bien, es probable que frente a la necesidad de tener empleados mejor capacitados, pienses en la posibilidad de sustituirlos. Sin embargo, basta detenerse a evaluar los pros y los contras, para descubrir que esto no es tan positivo como parece.
Y es que cuando se debe tomar esta clase de decisiones, es recomendable poner en una balanza los aspectos según su prioridad, detectando dónde están las deficiencias y determinando la manera más idónea de solventarlas. En este caso, si la problemática es la deficiencia formativa de nuestros estilistas, tenemos dos alternativas: invertir en su formación y sustituirlos por otros que estén mejor preparados.
Por una parte, optar por su formación implicar invertir tiempo y dinero, por supuesto, ello no afectará la estructura de costes, debido a que al mejorar su eficiencia, incrementarán tus ingresos. Así que esta es una medida que no causa pérdidas.
Pero cuando cambiamos al personal, aunque mejoramos la calidad del profesional, nos exponemos a perder un elemento que es la riqueza de los centros de belleza: la confianza del cliente. Ello se debe a que buena parte del éxito de estos negocios, se basa en la capacidad que tienen de crear estrechos vínculos con su público.
No cabe duda de que se trata de un elemento sumamente relevante. Así que ordena tus prioridades e incluye entre ellas la formación de tus empleados. Ellos y tus clientes te lo agradecerán y tú verás cómo mejora tu negocio.
